Diástasis abdominal tras el embarazo
DESCUBRE CÓMO AFECTA A TU SALUD Y CÓMO PUEDES REDUCIRLA
¿Qué es la diástasis abdominal?
La diástasis de los rectos abdominales es una afección en la que ambos rectos se separan hacia los lados provocando la extensión del tejido de la línea alba y el abultamiento de la pared abdominal. Aparece inicialmente en el segundo trimestre de embarazo para alcanzar su máxima separación en el tercer trimestre.
La línea alba es una estructura tendinosa que recorre la línea media del abdomen entre los dos músculos rectos abdominales. Se extiende desde la apófisis xifoides, la zona inferior del esternón, hasta el borde superior de la sínfisis púbica.
Tras el parto la musculatura debe volver a su posición, pero a veces cuesta mucho esfuerzo, llegando, en ocasiones, a no conseguir estar igual que antes [1].
¿Cuáles son los factores de riesgo que pueden favorecer su aparición?
Son varios los factores que disminuyen la capacidad que tienen los rectos abdominales de hacer fuerza y que favorecen el desarrollo de la diástasis abdominal:
- Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo. Aumentan los niveles de relaxina, progesterona y estrógenos, los cuales alteran la composición del colágeno presente en el tejido conectivo.
- Aumento de la tensión ejercida sobre la pared anterior del abdomen debido a la flacidez de la zona, al crecimiento uterino, a embarazos múltiples…
- La anteversión pélvica que se produce en la postura de la mamá con la que compensa el desplazamiento de su centro de gravedad.
- El levantamiento de pesos pesados.
- Realizar movimientos que impliquen activar los rectos abdominales como el estreñimiento, los abdominales clásicos, levantarse y estirarse de golpe…
Si estás embarazada es importante que tengas en cuenta todos estos factores para no activar los rectos abdominales y evitar, al máximo, sufrir de diástasis tras el parto. Es una buena práctica el escuchar tu cuerpo, estar atenta a las sensaciones de tu zona abdominal y, si ves que tu abdomen protuye hacia afuera, evitar ese movimiento.
También te recomiendo que no realices ejercicios que impliquen el alargamiento de tus músculos abdominales porque podría conducir al estiramiento y flacidez de la línea alba, aumentando la distancia entre los rectos abdominales [2].
Y, por último, deberías fortalecer tu músculo abdominal transverso poniendo especial énfasis en tu suelo pélvico. En un estudio que hizo Chiarello et al. [4] se estudiaron los efectos que los ejercicios prenatales ejercían sobre la diástasis abdominal. Los resultados revelaron que, solo un 12,5% de las mamás, que realizaban un programa de fortalecimiento tenían diástasis abdominal frente a un 90% de mamás que no realizaba ejercicio. El ejercicio regular, previo al embarazo y durante la gestación, parece reducir el riesgo de padecer diástasis de los rectos abdominales y su tamaño en caso de producirse [5].
Síntomas de la diástasis abdominal
Es importante que conozcas qué funciones desempeñan los rectos abdominales y cuál es su relación con el suelo pélvico, esta información te ayudará a entender qué problemas pueden aparecer en caso de tener diástasis abdominal.
Son muchas las funciones que desempeñan los rectos abdominales. Éstos nos ayudan en la flexión del tronco y a mantener una postura erguida y adecuada, superando la fuerza de la gravedad. Nos aportan una buena estabilidad pélvica y lumbar. También protegen nuestras vísceras y las mantienen en una posición correcta. Y, además, nos ayudan en el proceso de defecación y micción de los contenidos abdominales, nos permiten inclinarnos hacia un lado y nos ayudan en el proceso de espiración [2].
Un incremento de la distancia entre los rectos reduce la integridad y funcionalidad de la pared abdominal pudiendo ocasionar:
- Flacidez en el abdomen o barriguita de unos 3 meses.
- Nula protección de los órganos internos, situándose éstos más cerca de la piel y estando expuestos a golpes y lesiones.
- La aparición de hernias epigástricas y umbilicales.
- Disfunciones musculoesqueléticas, debida a una mecánica del tronco alterada, como hernias discales o protusiones, a largo plazo, y dolor lumbar.
- Debilidad de la musculatura del suelo pélvico, favoreciendo la aparición de incontinencia urinaria, prolapsos de órganos pélvicos…
- Problemas digestivos: mala digestión, gases, hinchazón abdominal.
- Deterioro de la calidad de vida de la mamá.
Según un estudio publicado por Parker et al [6] las mujeres con diástasis de los rectos abdominales tienen más probabilidad de desarrollar un mayor grado de dolor abdominal y pélvico.
También quiero que sepas que, si tienes diástasis abdominal, es necesario que empieces a rehabilitar la zona tan pronto hayas recibido el alta por parte de tu comadrona o médico. Se sabe que el cuerpo se recupera más rápido y mejor en los 3-4 primeros meses después del parto.
¿Como saber si tienes diástasis abdominal?
El ultrasonido es el método más fiable que existe para medir la diástasis. No obstante, tú misma puedes medirla con el ancho de tus dedos de la siguiente forma:
Túmbate en decúbito supino, estirada completamente en el suelo y mirando hacia el techo. Flexiona las piernas y apoya los pies sobre el suelo. Coloca la palma de tu mano izquierda, si eres diestra, sujetando tu cabeza y realiza una pequeña flexión levantando la cabeza del suelo, como si quisieras hacer una abdominal clásica. Mientras estás haciendo la flexión, con la otra mano, localiza los rectos abdominales, los cuales deberían estar activos, y, después, palpa la separación que hay entre ellos. Debes palpar tres zonas: la zona del ombligo, la zona superior al ombligo y la zona inferior al ombligo. Observa cuántos dedos de tu mano caben en cada una de esas zonas y después mide esa separación en centímetros. Se considera que hay diástasis abdominal cuando la separación entre ambos rectos abdominales es igual o superior a 2,5cm [1].
¿Qué ejercicios podemos hacer para mejorar la diástasis tras el parto?
En la mayoría de las mujeres, la diástasis abdominal se resuelve espontáneamente entorno a los seis meses después del parto. No obstante, para aquellas mamás en que no sea así, los ejercicios que más comúnmente se utilizan para la recuperación de la diástasis abdominal se basan en el fortalecimiento de los músculos transversos abdominales y el entrenamiento postural [2].
El transverso abdominal es el músculo más profundo de nuestra musculatura abdominal y tiene fuertes conexiones fasciales con el recto abdominal y la línea alba. Su activación aproxima los dos rectos abdominales y mejora la integridad de la línea alba.
También es importante realizar ejercicios que reduzcan la distancia entre rectos sin cargar ni comprimir la zona lumbar. Por estos motivos, los ejercicios hipopresivos Low Pressure Fitness y el Yoga están indicados en la recuperación posparto ya que nos permiten trabajar la musculatura del transverso, poniendo especial énfasis en el suelo pélvico, la corrección postural y la respiración, y sin dañar otras estructuras corporales.
A parte de los ejercicios físicos también se recomienda:
- No realizar ejercicios que provoquen un abultamiento de su pared abdominal o que involucren los músculos abdominales oblicuos.
- Evitar hacer los clásicos ejercicios abdominales que además de perjudicar la línea alba generan más presión sobre nuestro suelo pélvico, ya de por sí debilitado tras el embarazo y el parto.
- No levantar pesos pesados.
- Evitar el estreñimiento al máximo, teniendo una buena hidratación y alimentación. Una rutina adecuada antes de ir al baño puede favorecer la evacuación de las heces.
- Tener una buena corrección postural.
- El uso de la electroestimulación, una técnica que los fisioterapeutas especializados en suelo pélvico ponen a tu alcance y que, junto con los ejercicios, puede ayudarte a reducir la diástasis.
- Y, además, como consejo de mamá a mamá, acudir a un fisioterapeuta especializado.
Espero que toda esta información te haya resultado útil y que hayas aprendido un poco más sobre la diástasis abdominal y cómo prevenirla o tratarla. Si tienes alguna duda déjame tu comentario más abajo.
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Fuentes consultadas:
[1] Rial, T. & Pinsach, P. (2014) Técnicas hipopresivas.
[2] Diastasis recti abdominis— a review of treatment methods. htps://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29512814/
[3] Deenika R., Benjamin Helena C.. Frawley, Nora Shields, Alexander T.M van de Water, Nicholas F. Taylor.
Relationship between diastasis of the rectus abdominis muscle (DRAM) and musculoskeletal dysfunctions, pain and quality of life: a systematic review. https://www.physiotherapyjournal.com/article/S0031-9406(18)30132-9/fulltext
[4] Chiarello C, Falzone L, McCaslin K, Patel M, Ulery K. The Effects of an Exercise Program on Diastasis Recti Abdominis in Pregnant Women. Journal of Women´s Health Physical Therapy. https://journals.lww.com/jwhpt/Fulltext/2005/29010/The_Effects_of_an_Exercise_Program_on_Diastasis.3.aspx?bid=AMCampaignWKHJ
[5] Boissonnault JS, Blaschak MJ. Incidence of Diastasis Recti Abdominis during the childbearing year. Physical Therapy. https://academic.oup.com/ptj/article-abstract/68/7/1082/2728381
2 Comentarios. Dejar nuevo
MUCHAS GRACIAS POR TODA LA INFORMACIÓN, NO SABÍA NADA DE ESTE TEMA, ME PARECE MUY INTERESANTE CONOCER POSIBLES SITUACIONES QUE PUEDAN DARSE EN EL EMBARAZO, CÓMO PREVENIRLAS Y CÓMO SOLUCIONARLAS.
SALUDOS
De nada Yessi, me alegro de que te haya sido de utilidad 😉